FUNCIONAMIENTO DE LOS RADARES DE VELOCIDAD
En nuestras vías, donde realizamos nuestros desplazamientos a diario, nos encontramos a veces con un invitado inesperado, el RADAR. Éste elemento, con la finalidad de "disuadir" en "tramos peligrosos", el que circulemos a mayor velocidad de la permitida, para nuestra seguridad, se torna a veces en un enemigo de nuestro bolsillo cuando hacemos caso omiso de la limitación.
En éste articulo trataré de acercar un poco a ese elemento, para que conozcamos su funcionamiento real, y así desmitificar algunos comentarios populares, que a veces no hacen honor a la verdad, y dar a conocer realmente como funciona éste dispositivo.
El radar funciona gracias a un efecto físico que se produce en una onda que choca contra un objeto en movimiento. A éste efecto se le da el nombre de efecto Doppler.
El cinemómetro (radar), envía una señal (onda), con una determinada longitud de onda (frecuencia), con su antena directiva hacia un objeto móvil (nuestro vehículo), esa señal al golpear contra el vehículo, cambia su frecuencia y el radar detecta éste cambio. La onda está preparada para que, según el cambio que sufra su frecuencia, calcule la velocidad del objeto. Si el radar detecta una velocidad superior a la que está permitida en el tramo donde está instalado, dispara un mecanismo instantáneo para que fotografíe la matricula del vehículo, para así conseguir una prueba grabada de la infracción.
CLASIFICACIÓN DE RADARES
SEGÚN FUNCIONAMIENTO
Existe una gran variedad de dispositivos para recoger datos sobre el estado del tráfico (sensores / detectores), la mayoría de ellos son capaces de medir el número de vehículos (intensidad), la velocidad de circulación, el tipo de vehículo (ligero o pesado) y la ocupación de la vía como porcentaje (%) del tiempo de presencia.
A continuación, se exponen las distintas tecnologías para recoger esta información, así como algunas de sus ventajas e inconvenientes.
- Radar de microondas
Los detectores de vehículos por microondas emiten energía a altas frecuencias en la dirección en la que se desplazan los vehículos.
Detectan la intensidad y velocidad de los vehículos por el cambio en la frecuencia de la señal emitida debido al efecto Doppler, que es proporcional a la velocidad del vehículo. - En su favor cabe señalar que son transportables y miden con gran precisión la velocidad, no son intrusos en la calzada y tienen buen funcionamiento con meteorología adversa,
- En su contra
tienen que en el caso de vehículos parados o con baja velocidad de circulación (<10 km/h) el dato que nos da es como si la carretera estuviera vacía. En el mercado ya existen radares de presencia verdadera que eliminan esta desventaja, midiendo la intensidad aún estando el tráfico retenido y precisan un equipo por carril.
- Lazo inductivo
Los detectores de lazo inductivo se basan en el principio de inducción electromagnética. En el pavimento se realizan unos cortes en forma de cuadrados de 2m. de lado, y se crea una bobina enterrando el cable en esos cortes, que posteriormente se rellenan con resina epoxi o similar.
Al pasar un vehículo, su masa metálica induce una corriente que es interpretada como el paso de un vehículo. El tiempo de duración de la corriente sirve para medir el porcentaje de ocupación de la vía.
Para calcular la velocidad del vehículo se colocan dos espiras próximas a una distancia conocida (por ejemplo. 3 metros), y mediante el registro de inicio de la corriente inducida en ambas espiras, (tiempos t1 y t2) se realiza el cálculo de la velocidad como V = Distancia / (t2 – t1).
Los detectores de espira doble también miden la longitud del vehículo y a partir de dicha longitud se clasifica como ligero o pesado. - Este tipo de detectores de lazo inductivo son los que mayor presencia tienen en España, ya que es una tecnología muy desarrollada, de un funcionamiento simple, no afectado por las condiciones ambientales y de bajo coste de instalación.
- Sin embargo,
en su contra está su complicada reposición en caso de rotura, su necesidad de calibración regular
y el efecto “presa” que ejercen en pavimentos drenantes.
- Infrarrojos
Los sistemas de detección por infrarrojos se basan en la utilización de un sensor de fotones colocado en un poste o puente junto al carril que se desea vigilar y que mide la energía en la banda de infrarrojos emitida por la carretera.
Cuando un vehículo entra en la zona de detección, debido al calor del vehículo produce un cambio en la energía radiada. En este caso estamos ante un detector pasivo que únicamente mide la intensidad.
Si además el detector emite energía en el espectro infrarrojo (aproximadamente 0,9 micras de longitud de onda), una porción de esta energía se reflejará al paso de los vehículos, así se podrá medir también la velocidad, y estamos ante un detector activo. - Visión artificial
Su funcionamiento se basa en el tratamiento de imágenes capturadas por una cámara de televisión, obteniéndose los mismos parámetros de tráfico que con los detectores de lazo inductivo dobles.
Las imágenes de la cámara se digitalizan y se procesan mediante algoritmos que identifican cambios en el fondo de la imagen, determinando si en el área de análisis se encuentra un vehículo.
Del análisis de sucesivas imágenes puede determinarse la intensidad, velocidad y longitud de los vehículos. - La gran ventaja de este tipo de detectores es la posibilidad del uso de la imagen de vídeo lento en caso de incidencias, la posibilidad de detección automática de incidentes. No son intrusos en el pavimento de la carretera, no sufren desgaste por el paso de los vehículos ni por labores de mantenimiento de la carretera y tienen alto grado de fiabilidad.
- Como contrapartida presentan su alto
coste de instalación, precisan de un cono de visión lo más perpendicular posible a la zona a medir
y su funcionamiento puede verse alterado por las condiciones de visibilidad de la vía (niebla, noche); generalmente una cámara solo mide un carril.
- Ultrasonido
Los detectores de ultrasonido emiten ondas de sonido perpendicularmente sobre la carretera. La presencia de un vehículo se determina por la diferencia de tiempos en llegar la onda reflejada en el caso que lo haga sobre el pavimento o sobre un vehículo.
La frecuencia de las ondas emitidas está situada en el rango de 25 a 50 kHz, por encima de la banda de frecuencias audible. - Son detectores muy sensibles a la temperatura y al viento,
- pero a su favor tienen que son muy fáciles
de instalar.
- Captador magnético
Detectan la distorsión del campo magnético producida por el paso sobre ellos de una masa metálica. Están formados por un tubo metálico en cuyo interior hay un núcleo de hierro con una bobina conectada a un amplificador.
Los normales no son capaces de detectar la dirección del movimiento, por lo que se mejoraron construyendo los llamados detectores magnéticos compensados, formados por cuatro núcleos, que permiten distinguir el sentido de marcha de la circulación.
A partir de la creación de materiales sensibles al campo magnético se han logrado detectores basados en ello. El sensor está formado, generalmente, por un bloque de unos 15 cm de largo y de sección cuadrada de unos 2 o 3 cm instalándose en el centro de carril, conectándose mediante un cable al amplificador convertidor. - Este tipo de detectores tienen la ventaja de la fácil sustitución del sensor y la de ser pasivos, con lo que no se influyen unos en otros en el caso de proximidad, además su alcance puede regularse (unos 7m.)
- Por el contrario son gravemente perturbados por el tendido eléctrico, raíles o tranvías y su campo de acción no es muy definido.
SEGÚN SU UBICACIÓN
Según la ubicación de los equipos detectores de velocidad, estos pueden ser fijos y/o móviles:
- Radares fijos
La DGT también los define como cinemómetros sin operador. Son aquellos dispositivos que están ubicados en cabinas y que pueden colocarse en pórticos, postes, márgenes de la carretera, o incluso coches y helicópteros. A continuación se muestran los tipos de radares fijos que existen actualmente: - Radar de pórtico: Son fijos y están colocados en los pórticos o paneles informativos de las
autovías y autopistas. Normalmente controlan la velocidad de los vehículos que circulan
por el carril izquierdo, que suele ser el de circulación más rápida y el que se utiliza para
los adelantamientos.
- Radar de tramo: Son los últimos que han entrado en vigor y, mediante dos cámaras, miden
la velocidad de su coche entre dos puntos. De momento, están, sobre todo, en túneles
como en la A-7, en el de Torrox -Málaga.
- Radar de cabina: Son fijos y los encontrará al borde de la calzada, en la mediana o, incluso, junto a paneles o pórticos -en el lado derecho de la carretera-. Los hay en autovías y autopistas, pero también en carreteras secundarias.
- Radar de poste: Hay muy pocos, y se instalan casi siempre en las ciudades, –en carretera, son residuales–. Se ubican al borde de la calzada y tienen un aspecto característico: con forma de poste y una caja encima.
- Radar de semáforo: Colocados en los semáforos de las ciudades. Captan a los vehículos
que pasan los semáforos en la fase roja.
- Radares móviles
En carretera se sitúan en arcenes o detrás de carteles, pasos a nivel o encima de puentes, cambiando su ubicación de cuando en cuando para que ésta no sea conocida por los usuarios.
Los Multanova y los Autovelox pueden colocarse en vehículos, tanto policiales como camuflados, aunque el modelo Autovelox no puede multar desde coches en marcha.
SEGÚN SU COLOCACIÓN
A continuación detallamos una lista de los tipos de radares que utiliza la DGT para sancionar a los infractores de las normas viales (conductores que exceden los límites de velocidad):
- Helicóptero
Se trata de un radar desarrollado con tecnología militar que se puede adaptar para que funcione en los helicópteros (Pegasus) de la DGT.
Puede medir la velocidad de cada vehículo desde el aire y sancionarle si supera el límite establecido.
Para ello, cuenta con dos cámaras: una panorámica, que graba al vehículo en vídeo, y otra de alta definición que fotografía la matrícula.
Actúa siempre desde el aire, a una altura que puede oscilar entre los 300 m y algo más de un kilómetro.
Pegasus es capaz de medir velocidades de hasta 360 km/h –los demás radares, no suelen ver coches por encima de los 300 km/h–, pero necesita seguir al vehículo durante un mínimo de nueve segundos para calcular su velocidad media. El hecho de necesitar esos nueve segundos hace que se emplee en carreteras rectas, para evitar que el conductor frene, por ejemplo, ante una curva; además, no actúa ni de noche ni con mal tiempo.
La Dirección General de Tráfico dispone de varios radares instalados en helicópteros para localizar y multar a los conductores que excedan el límite de velocidad tanto en autopistas y autovías como en carreteras convencionales.
Por sus especiales características es indetectable por cualquier tipo de detector o inhibidor y aunque su coste es muy elevado, cercano a los 200.000 euros, se amortizan rápidamente por la gran cantidad de multas que consiguen poner. - Pistola láser
Se trata de una especie de pistola que, empuñada por un agente con la mano o apoyada sobre un trípode, que es capaz de medir la velocidad de cada coche.
Orientadas hacia la carretera, pueden “cazar” de frente o una vez se las hayas sobrepasado, ya que envían un rayo láser hacia el vehículo y calculan la velocidad midiendo el tiempo que tarda en volver el haz de láser, al rebotar sobre el vehículo en marcha, hasta la pistola. - Trípode
Estos radares van instalados simplemente sobre un trípode, por lo que ocupan muy poco espacio, lo que permite ocultarlos con mucha facilidad y colocarlos en sitios poco habituales, por ejemplo, tras vehículos o, incluso, se pueden fijar al propio guardarraíl.
¿Cómo actúan? Depende del tipo de radar. Si son del modelo Autovelox –los más habituales como trípode–, podrán multar cuando se pase frente a ellos… ya que, orientados hacia la carretera, emiten dos haces láser en paralelo y miden el tiempo que se tarda en atravesarlos y, así, calcular la velocidad. Otros radares de trípode funcionan como uno fijo: y multarán cuando se los sobrepase. Son muy complicados de localizar, ya que se pueden esconder con mucha facilidad. Lo más habitual es que estén colocados detrás de setos o puentes, tras los guardarraíles, sobre puentes, detrás de marquesinas de autobuses, etc. - Vehículo
Los radares se pueden colocar en vehículos policiales o en vehículos camuflados: - Vehículos policiales: Se trata de vehículos, claramente identificados como vehículos de la
DGT o de la Policía Municipal o Local, que están equipados con un sistema de radar. Lo
más habitual es que estén estacionados en los arcenes de la vía, encima de las aceras,
detrás de puentes o marquesinas de autobuses. El radar puede ser de los dos tipos que se
emplean en los coches camuflados pero, además, pueden emplear un tercer tipo de radar
que va ubicado en el techo, junto a la sirena, y que te “cazará” una vez que lo hayas sobrepasado.
- Vehículos camuflados: Son coches normales, sin distintivo alguno que los identifique como vehículos de Tráfico o de la Policía Municipal o Local, pero que están equipados con un sistema radar. Actúan de dos formas:
- la primera es circulando al límite de la velocidad permitida o ligeramente por debajo, para multar cuando se les adelanta.
- La segunda es permaneciendo estacionados al borde de la carretera; lo normal es que estén en el arcén, pero también es frecuente encontrarlos aparcados detrás de puentes, a las salidas de los
túneles, tras los setos de las medianas, etc.
TIPOS DE RADARES FALSOS
Estos “falsos” radares en realidad son otro tipo de dispositivos con una función bien distinta. El problema es que su diseño y colocación pueden inducir al error por su semejanza con los radares reales. A continuación, se mencionan los ejemplos más comunes:
- Avisadores de velocidad
Son unos dispositivos que suelen estar colocados en la entrada a determinadas ciudades o zonas residenciales, o en zonas de carretera peligrosas. En estos casos, el límite de velocidad suele ser de 50, 30 o 20 km/h, según los casos, por lo que el captar la velocidad de un vehículo es un preaviso de que pueda estar circulando por encima del límite establecido. - Cabinas en los lados de una carretera
Su forma, colocación e incluso material con el que están construidas estas cabinas son prácticamente idénticos a los de las cabinas que realmente guardan en su interior un radar. El hecho significativo que permite diferenciar unas cabinas de las otras es la falta de orificio o de agujero por el que el objetivo de la cámara encontraría la luz para captar la infracción. - Cámaras encima de farolas, pasarelas, pórticos…
Estas cámaras son las que más inducen a la confusión. Para ver realmente donde están colocados los radares fijos, la propia web de la DGT (https://nap.dgt.es/dataset/radares-fijos-dgt) facilita un listado de la ubicación de los radares fijos, por lo que muchas de estas cámaras de las que hablamos no se corresponden con los radares reales, sino que son cámaras captadoras/contadoras del tráfico, es decir, registran el número de vehículos que pasan por una determinada carretera en un determinado punto kilométrico - Células fotovoltaicas sobre farolas
Son muchas las farolas de las ciudades y de diversas carreteras que van provistas de pequeñas células fotovoltaicas. Se pueden confundir con un radar, pero realmente cumplen una función bien distinta como suministrador de energía para que la farola ilumine por la noche, cuando desaparece la luz diurna. - Estaciones meteorológicas
Lo más usual de este tipo de artefactos es que estén colocados a ambos lados de la carretera. Sus formas también pueden inducir al error y pueden ir instaladas sobre un pórtico, una señal vertical e incluso en farolas. Una de las señas de identidad de estas estaciones meteorológicas es que van provistas de pequeños paneles solares, que permiten captar energía solar y transformarla en eléctrica, para poder ser utilizada para que funcionen. - Lectores de matrículas
Los lectores de matrículas también forman parte de la infraestructura de muchas carreteras. Lo más frecuente es que estén colocados unos metros antes de atravesar una carretera de peaje. Lo mismo sucede en la entrada al aparcamiento de pago, de un supermercado, aeropuerto o estación de ferrocarril, ya que sirven para leer la matrícula y registrar el tiempo exacto de la entrada del vehículo en cuestión.