domingo, 5 de febrero de 2017

¿En qué se diferencia conducir un coche eléctrico de uno convencional?

Una de las grandes preguntas antes de adquirir un coche eléctrico es saber cómo afectará a mi forma de conducir. En ese sentido, es necesario dejar claro que conducir un coche eléctrico es diferente a conducir un coche convencional. Esto no significa que sea más difícil o haya que hacer algún tipo de curso. Simplemente es necesario conocer algunas pautas que con el paso del tiempo se irán interiorizando, llegando incluso a cambiar nuestra forma de conducir.


Ausencia de ruido y vibraciones. Suavidad de conducción

Una de las principales características de los coches eléctricos es su tranquilidad de marcha. Hablamos de un coche cuyo motor es prácticamente imperceptible, lo que repercute en un silencio imposible de conseguir en un coche de combustión. La ausencia de vibraciones es otro punto importante a tener en cuenta. Juntos, el silencio y la ausencia de vibraciones hacen que la experiencia de conducción sea mucho menos estrenaste.
Además, los coches eléctricos destacan por la suavidad de circulación. Esto es consecuencia de no tener caja de cambios, lo que evita los típicos tirones consecuencia de los cambios de marcha.Además, los motores eléctricos entregan la potencia de forma constante en todo el rango de revoluciones.
Como consecuencia, la comodidad durante la conducción es especialmente sorprendente, algo que también ayuda a evitar el estrés al volante o el road rage.

Anticípate al tráfico aprovechando el freno regenerativo

La conducción de un coche eléctrico se caracteriza también por la frenada regenerativa. Tanto al levantar el acelerador como al pisar el freno, el coche aprovecha la energía cinética para cargar la batería, ahorrando energía y arañando kilómetros de autonomía.
Muchos modelos del mercado aún tienen autonomías limitadas. Por eso, comenzarás a percibir de otra manera la energía que consume tu coche. En un coche de combustión, como la autonomía es muy grande, no somos conscientes de la cantidad de energía que se desperdicia durante la conducción.
Con el tiempo, irás midiendo las distancias y podrás anticiparte al tráfico levantando el pie del acelerador. Hay muchos usuarios que aseguran conducir “a un solo pedal”, es decir, levantando el acelerador y frenando solo con la retención del propio coche, sin tocar el freno. Hay conductores que han superado la barrera de los 200.000 kilómetros con las pastillas de freno sin cambiar. Por si fuera poco, este tipo de conducción permite hacer consumos mucho más ajustados, permitiendo aumentar la autonomía de los coches eléctricos.

El par instantáneo aporta seguridad

Una de las características que más sorprende de los coches eléctricos es su par instantáneo. Algo que puede ser divertido a la hora de conducir, pero que principalmente aporta seguridad.
Un ejemplo claro es una intersección con stop, en la cual se quiere pasar al otro lado pasando a través de la vía. En estos casos, el par instantáneo aporta seguridad a la situación: basta con pisar firmemente el acelerador para que el coche responda inmediatamente, impulsándonos hacia el otro lado. Otros ejemplo claro es una rotonda con mucho tráfico, donde a veces es difícil encontrar el momento cuando incorporarse. En estos casos, el par instantáneo también aporta un plus de seguridad.


Te obliga a planificar los viajes y las paradas

Aunque los coches eléctricos se adaptarán a la mayoría de tus desplazamientos diarios, es probable que haya momentos en los que quieras recorrer una cantidad de kilómetros superior a la habitual. Es entonces cuando la autonomía quizá se te quede escasa y necesites parar a recargar.
Esto puede ser un inconveniente desde el punto de vista de la comodidad, pero no de la seguridad. De primeras, evitará que hagas grandes distancias sin parar a descansar. Además, si vas a viajar en coche eléctrico lo más probable es que tengas que planificar tu ruta para saber donde recargar, algo que también evita otro tipo de imprevistos.
Se recomienda parar a descansar cada dos horas de conducción o 200 kilómetros recorridos. Teniendo en cuenta las autonomías de muchos eléctricos del mercado, las cuales rondan los 200 kilómetros, viajar en ellos te obligará a seguir la norma muy de cerca. Basta con parar en un lugar donde haya un punto de recarga rápida durante una media hora, tomar un café, estirar las piernas y continuar con la marcha.
En definitiva, es cierto que los coches eléctricos cambiarán tu forma de conducir. Eso sí, respecto a lo que seguridad se refiere, será a mejor.