Los primeros accidentes de tráfico en el mundo sin colisión
A lo largo de la historia del transporte, los accidentes de tráfico han evolucionado junto con los avances tecnológicos. Aunque hoy en día la mayoría de los accidentes de tránsito involucran colisiones entre vehículos, los primeros incidentes mortales documentados fueron de una naturaleza diferente. Este artículo explora dos de los primeros accidentes de tráfico registrados en la historia, los cuales ocurrieron sin que hubiera una colisión con otro vehículo.
El primer accidente de tránsito: el caso de Mary Ward (1869)
El primer accidente de tránsito documentado ocurrió el 31 de agosto de 1869 en Irlanda, cuando Mary Ward, una científica de renombre, falleció al caer de un vehículo con motor de vapor. Ward, nacida en 1827, tenía 42 años al momento del incidente y era reconocida por sus contribuciones a la microscopía y la astronomía.
El vehículo en el que viajaba había sido diseñado por su primo, el ingeniero William Parsons, quien experimentaba con los primeros automóviles de vapor. Durante el trayecto, Ward cayó del vehículo y una de sus ruedas pasó sobre ella, causándole la muerte instantánea. Este evento es considerado el primer accidente de tráfico fatal de la historia.
La primera víctima de un coche con motor de combustión (1896)
El caso de Bridget Driscoll:
El 17 de agosto de 1896, Bridget Driscoll, una mujer de 44 años y madre de dos hijos, se convirtió en la primera víctima de un vehículo con motor de combustión interna en el Reino Unido. El accidente ocurrió en Londres, cuando Driscoll caminaba junto a su hija y una amiga en el Palacio de Cristal, un área de exhibiciones y entretenimiento muy concurrida en la época.
El automóvil involucrado pertenecía a la compañía anglo-francesa Roger-Benz, que realizaba demostraciones al público. El coche, conducido por Arthur Edsell, un empleado de la compañía con solo tres semanas de experiencia al volante, se desplazaba a aproximadamente 7 km/h. Testigos afirmaron que el automóvil iba a una velocidad "tremenda", lo que generó pánico entre los peatones.
Tras el accidente, se llevó a cabo una investigación que duró seis horas. El jurado dictaminó que la muerte de Bridget Driscoll fue "accidental", y no se presentaron cargos contra el conductor ni la empresa. Durante el juicio, el médico forense expresó su esperanza de que un evento de este tipo "nunca volviera a ocurrir", una declaración que, con el tiempo, se tornaría irónicamente equivocada dado el aumento exponencial de accidentes de tráfico en las décadas siguientes.
Reflexión sobre la evolución de la seguridad vial
Estos dos casos históricos marcan el inicio de una larga serie de incidentes viales que, con la masificación del automóvil, se han convertido en un problema global. En la actualidad, las regulaciones de tráfico, las innovaciones en seguridad vehicular y las campañas de concienciación buscan reducir la incidencia de accidentes.
Sin embargo, los hechos de 1869 y 1896 nos recuerdan que la seguridad vial ha sido una preocupación desde los albores del transporte motorizado y que, a medida que avanza la tecnología, es fundamental seguir adaptando medidas para prevenir accidentes y proteger la vida de los peatones y conductores.